Brief von Santo Domingo an alle Kirchen – Carta de Santo Domingo a todas las iglesias

Brief von Santo Domingo an alle Gemeinden

Carta de Santo Domingo a Todas las iglesias

Ein Gruppenbild der Teilnehmer der Konferenz „Historische Friedenskirche“ in Lateinamerika, die vom 27. Nov. 2 in der Dominikanischen Republik.
Foto von Lindsay Frye

8. Dezember 2010 – Eine Abschlusserklärung der Konferenz der Historischen Friedenskirche in Lateinamerika wurde in Form eines „Briefes von Santo Domingo an alle Kirchen“ veröffentlicht. Das Treffen von Vertretern mennnonitischer Kirchen, der Gesellschaft der Freunde (Quäker) und der Kirche der Brüder aus 17 Ländern Lateinamerikas und der Karibik fand vom 27. November bis 2. Dezember in Santo Domingo, Dominikanische Republik, statt. 2010, XNUMX.

Es folgt das Schreiben oder die Abschlusserklärung in Spanisch und Englisch:

IGLESIAS HISTÓRICAS DE PAZ
SANTO DOMINGO, REPÚBLICA DOMINICANA
27. NOVEMBER-2. DEZEMBER DE 2010

CARTA DE SANTO DOMINGO A TODAS LAS IGLESIAS

A TODOS Y TODAS QUIENES ESTÁN CON NOSOTRAS Y NOSOTROS en el compromiso de trabajar para superar la violencia:

1. Nosotras y nosotros, setenta y cuatro personas representantes de las Iglesias Históricas de Paz (Menonitas, Sociedad de Amigos y Hermandad) procedentes de 18 países del sur, centro y norte de América, y el Caribe, así como de diferentes culturas, nos hemos reunido en Santo Domingo, República Dominicana, del 27 de Noviembre al 2 de diciembre bajo el lema “hambre de paz, rostros, caminos, culturas” para compartir experiences, esfuerzos y testimonios de paz en y desde different contextos, con sus dolores y dichas, haciendo memoria de aquellos y aquellas que han dado sus vidas en la búsqueda y construcción de la paz con justicia, dentro del marco ecuménico de la Jahrzehnt zur Überwindung der Gewalt von 2001 bis 2010 – Iglesias Buscando Reconciliación y Paz y como parte activa de un proceso que desembocará en Kingston 2011, sintiendo la ausencia de los hermanos y hermanas de Cuba por dificultades en sus trámites. Estamos agradecidos por la hospitalidad de nuestras hermanas y hermanos de República Dominicana, quienes con su amor, sencillez y alegría nos brindaron el mejor ambiente para realizar el trabajo de estos días.

2. Hemos realizado análisis de las realidades de nuestros respektive contextos reconociendo el pasado y presente de violencia de la que han sido objeto nuestros pueblos a través de otros pueblos poderosos, que han sembrado ideologías, sistemas económicos, politicos, sociales que tristezas, dolores y angustias en nuestras vidas. También hemos reconocido la violencia que existe en nuestras familias, iglesias y sociedades, como expresión de nuestras luchas por el poder.

3. Hemos realizado reflexiones bíblicas, teológicas y eclesiológicas a partir de nuestras realidades desde las tres tradiciones de fe de las Iglesias Históricas de Paz, donde afirmamos nuestro compromiso y anhelo porque el reino de paz venga, dar nuestras vidas por los y las demá s asi como a cumplir con la voluntad de Dios de que seamos instrumentos de reconciliación en un mundo en conflicto. Hemos reconocido la importancia de la teología de paz, la luz interior que hay en cada individuo, el papel de las mujeres y el papel de la comunidad hermenéutica en la construcción de la paz.

4. Hemos escuchado una diversidad de experiencias, iniciativas y proyectos de construcción de paz de congregaciones locales y convenciones eclesiales de cada país, en sociedades con otras iglesias e instituciones gubernamentales y no gubernamentales, así como testimonios personalconfises, que nos inspirananza que un mundo mejor, y donde todos y todas seamos visibilizados, es posible.

5. Hemos reconocido que aunque la violencia nos afecta, las más víctimas de ella son las poblaciones en situaciones de mayor vulnerabilidad. Hemos compartido que nuestros esfuerzos, iniciativas y proyectos de paz se han dedicado al acompañamiento de niños y niñas, jóvenes adolescentes, mujeres, familias, migrantes, personas privadas de la libertad, escuelas y víctimas de la guerra. De ahí que nuestras temáticas se relacionan en el trabajo para superar el racismo, la inlerancia, la diskriminación, la violencia urbana, el pandillerismo, la migración forzada, la violencia doméstica, el abuso infantil, la violencia contra la mujer, la violencia de género , el deterioro del medio ambiente y con la documentación del sufrimiento y esperanza de víctimas de la guerra.

6. Nuestras experiencias compartidas están atravesadas, de manera implicita, por temas como equidad de género, ecumenismo, dialog y cooperación interreligiosa, relación iglesia-estado, lucha contra la étnica diskriminación, culture y racial. También reconocemos que aún hay temas en los que debemos trabajar más como cuidado del medio ambiente, equidad e identidad de género y orientación sexual y que varias de nuestras iglesias aún no se sienten listas para abordarlos.

7. Nos preocupa la guerra que hay en Colombia por más de cuarenta años, las relaciones zwischen Haitianos und Dominikanern und der Spannung zwischen Nicaragua und Costa Rica. Por eso nos comprometemos en continuar orando por la reconciliación en cada país, en seguir fomentando las relaciones entre nuestras iglesias latinoamericanas y en buscar el apoyo de las iglesias de todo el mundo para presionar a los gobiernos para que cesen sus politicas armamentistas de derechos humanos, entre otros.

8. Nos solidarizamos con nuestros hermanos y hermanas de Chile que sufren las consecuencias del terremoto así como con los hermanos y hermanas de Haití en su difícil situación como consecuencia de los desastres naturales y la epidemia de colera. Buscaremos formas de apoyarlos en sus procesos de restauración y sanidad a través de nuestras iglesias o entidades con sede allí, tal como lo hicieron los hermanos dominicanos.

9. Sabemos que no todo lo podemos hacer desde nuestras iglesias o proyectos pero vemos importante „buscar el bienestar de la ciudad“ (Jer 29:7). Por eso nos queda el desafío que los miembros de las iglesias históricas de paz puedan participar en el proceso de construcción de políticas públicas en sus respektive contextos, con estrategias y acciones efectivas que allowan lograr el bienestar de toda la sociedad.

10. Nos comprometemos a seguir animándonos mutuamente en la construcción de la paz, en trabajar hacia el interior de nuestras familias y de nuestras iglesias para fortalecernos como instrumentos de paz por medio de compartir nuestras mesas, servirnos los unos y las unas a los otros y otras, conocernos mutuamente, crear grupos de intercambio en cada país, identificar los programas de paz en América Latina para capacitarnos, ayudar a sanar a los que están en dolor y buscar que la paz se mantenga.

11. Soñamos con que las semillas de la paz sean sembradas en nuestros hogares, cual tierra fértil, y que los frutos de ella nos conviertan en sus instrumentos. Deseamos estar juntas como Iglesias Históricas de Paz, aprender más sobre cada una de nosotras, comprendernos y formar una gran red de hacedores y hacedoras de paz. Sabemos que el trabajo es arduo y que aún hay mucho por hacer, pero también sentimos regocijo en hacerlo pues estamos convencidos de que esta es nuestra vocación como cristianos y cristianas, inspirados en Cristo quien hace que nuestros corazones ardan y que nuestrans. Soñamos con Permitir que el Espíritu de Dios trabaje en nosotros y nosotras. Soñamos con tener mentes abiertas para romper paradigmas denominacionales que nos limitan en la construcción de la paz. Soñamos que al final de la década aunque no hayamos superado la violencia sí habremos plantado semillas de paz. Anhelamos que los vientos de paz sentidos en este encuentro nos despierten y que la paz sea dada a luz.

12. Hemos dado testimonio en esa parte del mundo de ser un pueblo con vocación de paz compartiendo nuestros aprendizajes en esta conferencia así como a personas e iglesias de Santo Domingo.

13. Invitamos a todas las iglesias de América Latina y de todo el mundo a que se junten a este movimiento para superar la violencia y rechazar toda posibilidad de guerra justa.

Historische Friedenskirchen
SANTO DOMINGO, DOMINIKANISCHE REPUBLIK
27. NOVEMBER BIS 2. DEZEMBER 2010

SCHREIBEN VON SANTO DOMINGO AN ALLE KIRCHEN

AN ALLE, DIE SICH MIT UNS VERBINDEN, sich für die Überwindung von Gewalt einzusetzen:

1. WIR, vierundsiebzig Schwestern und Brüder, Vertreter der Historischen Friedenskirchen (Mennoniten, Religiöse Gesellschaft der Freunde und Brüder) aus 18 Ländern Süd-, Mittel- und Nordamerikas und der Karibik und aus unseren unterschiedlichen Kulturen haben uns hier getroffen Santo Domingo, Dominikanische Republik, vom 27. November bis 2. Dezember unter dem Thema „Hunger nach Frieden: Gesichter, Wege, Kulturen“, um Erfahrungen und Zeugnisse unserer Friedensbemühungen aus unseren verschiedenen Kontexten mit ihren Schmerzen und Freuden auszutauschen und die zu ehren Erinnerung an Männer und Frauen, die ihr Leben gegeben haben, um Frieden mit Gerechtigkeit zu suchen und aufzubauen. Wir arbeiteten im ökumenischen Kontext der „Dekade zur Überwindung von Gewalt 2001-2010“ als Kirchen, die sich um Versöhnung und Frieden bemühen. Unsere Bemühungen werden in eine Konferenz und als aktiver Teil eines Prozesses einfließen, der auf der Internationalen Ökumenischen Friedenskonvokation in Kingston, Jamaika, 2011 gipfelt. Wir bedauern die Abwesenheit unserer Brüder und Schwestern in Kuba aufgrund von Schwierigkeiten mit Reisegenehmigungen. Wir sind dankbar für die Gastfreundschaft unserer Schwestern und Brüder in der Dominikanischen Republik, die uns mit ihrer Liebe, Einfachheit und Freude die besten Arbeitsbedingungen für unser Treffen gegeben haben.

2. Wir haben die harten Realitäten unserer jeweiligen Kontexte analysiert und die vergangene und gegenwärtige Gewalt erkannt, die unsere Völker durch mächtigere Nationen erfahren haben, die Ideologien und wirtschaftliche, politische, soziale und religiöse Systeme implantiert haben, die Traurigkeit gebracht haben. Schmerz und Angst in unserem Leben. Wir haben auch die Gewalt in unseren Familien, Kirchen und Gesellschaften als Folge unserer Machtkämpfe erkannt.

3. Unsere biblischen, theologischen und ekklesiologischen Überlegungen wurden aus unserer gegenwärtigen Situation und aus der Perspektive der drei Glaubenstraditionen der Historischen Friedenskirchen angeboten. Wir bekräftigen unsere Verpflichtung und unseren Wunsch, dass das Reich des Friedens kommt, dass wir unser Leben für andere geben können und dass Gottes Wille für uns als Werkzeuge des Friedens in unserer Welt der Konflikte erfüllt wird. Wir erkannten die Bedeutung der Theologie des Friedens, des inneren Lichts in jedem Einzelnen, der Rolle der Frau und der Rolle der hermeneutischen Gemeinschaft in allen Prozessen der Friedenskonsolidierung.

4. Wir haben von einer Vielzahl von Erfahrungen, Initiativen und friedensfördernden Projekten von Ortsgemeinden, Kirchenverbänden aus jedem Land und von Partnerschaften mit anderen Kirchen und staatlichen Institutionen und Nichtregierungsorganisationen gehört. Wir haben auch persönliche Zeugnisse gehört, die inspirieren und unser Vertrauen in die Möglichkeit einer besseren Welt wecken, in der jeder sichtbar ist.

5. Wir haben erkannt, dass, obwohl Gewalt uns alle betrifft, es mehr Opfer von Gewalt in den am stärksten gefährdeten Bevölkerungsgruppen gibt. Wir haben gesehen, dass unsere Bemühungen, Initiativen und Friedenspläne darauf ausgerichtet sind, mit Kindern, Jugendlichen, Frauen, Familien, Migranten, Personen, denen die Freiheit entzogen ist, Schulen und Kriegsopfern gemeinsam zu gehen. Daher liegt unser Fokus auf Bemühungen zur Überwindung von Rassismus, Intoleranz, Diskriminierung, städtischer Gewalt, Bandenverhalten, erzwungener Migration, häuslicher Gewalt, Kindesmissbrauch, Gewalt gegen Frauen, geschlechtsspezifischer Gewalt, Umweltzerstörung.

6. Unsere gemeinsamen Erfahrungen werden implizit von Themen wie Geschlechtergerechtigkeit, Ökumene, interreligiöser Dialog und Zusammenarbeit, Beziehungen zwischen Kirche und Staat, ethnische, kulturelle und rassische Diskriminierung durchdrungen. Wir erkennen auch an, dass es immer noch Themen gibt, bei denen wir unsere Bemühungen intensivieren müssen, wie zum Beispiel Umweltschutz, Gerechtigkeit und Geschlechtsidentität und sexuelle Orientierung, und dass sich einige unserer Kirchen noch nicht bereit fühlen, einige dieser Themen aufzugreifen.

7. Wir sind besorgt über mehr als vierzig Jahre Krieg in Kolumbien, über die Beziehungen zwischen Haitianern und Dominikanern und über die Spannungen zwischen Nicaragua und Costa Rica. Wir bleiben entschlossen, ohne Unterlass für Versöhnung in jedem Land zu beten, die Beziehungen zwischen unseren Kirchen in Lateinamerika weiter zu fördern und Unterstützung von allen Kirchen auf der ganzen Welt zu suchen, um Druck auf Regierungen auszuüben, damit sie unter anderem ihre Aufrüstung und Menschenrechtsverletzungen einstellen Andere.

8. Wir stehen den Brüdern und Schwestern in Chile bei, die unter den Folgen des Erdbebens leiden, und den Brüdern und Schwestern in Haiti in ihrer Not nach Naturkatastrophen und der Cholera-Epidemie. Wir werden nach Wegen suchen, sie bei ihrer Wiederherstellung und Heilung durch unsere dort ansässigen Kirchen oder Organisationen zu unterstützen, dem Beispiel der Dominikanerbrüder und -schwestern folgend.

9. Wir wissen, dass wir nicht alles aus unseren Kirchen und Projekten machen können, aber wir denken, dass es wichtig ist, „das Wohl der Stadt zu suchen“ (Jeremia 29:7). Wir stehen also vor der Herausforderung für die Mitglieder der Historischen Friedenskirchen, sich an dem Prozess des Aufbaus einer öffentlichen Politik in ihren jeweiligen Kontexten, effektiven Strategien und Aktionen zu beteiligen, die das Wohlergehen der gesamten Gesellschaft bewirken würden.

10. Wir geloben, uns weiterhin gegenseitig beim Aufbau von Frieden zu ermutigen, in unseren Familien und unseren Kirchen zu arbeiten, uns als Instrumente des Friedens zu stärken, indem wir unseren Tisch teilen, einander dienen und einander kennenlernen, Austauschgruppen in jedem Land bilden , Identifizierung von Trainingsprogrammen für den Frieden in Lateinamerika, Hilfe bei der Heilung von Menschen mit Schmerzen und Suche nach Mitteln zur Wahrung des Friedens.

11. Wir träumen davon, dass die Saat des Friedens in unseren Häusern wie auf fruchtbarem Boden gesät wird und dass wir die Früchte einer reichen Ernte von Instrumenten des Friedens sein mögen. Wir wollen als Historische Friedenskirchen gemeinsam gehen, mehr über uns erfahren, uns verstehen und ein großes Netzwerk von Friedensstiftern und -stiftern bilden. Wir wissen, dass die Arbeit hart ist und noch viel zu tun ist, aber wir empfinden auch Freude dabei, weil wir davon überzeugt sind, dass dies unsere Berufung als Christen ist, inspiriert von Christus, der unsere Herzen zum Leuchten bringt und unser Handeln konkretisiert. Wir träumen davon, den Geist Gottes in uns wirken zu lassen. Wir träumen davon, aufgeschlossen zu sein, konfessionelle Paradigmen zu brechen, die unsere Friedensstiftung einschränken. Wir träumen davon, dass wir am Ende des Jahrzehnts, obwohl wir die Gewalt nicht überwunden haben, tatsächlich die Saat des Friedens gesät haben. Wir sehnen uns danach, von den Winden des Friedens geweckt zu werden, die bei diesem Treffen zu spüren sind, und dass eine starke Geburt Frieden hervorbringen kann.

12. Wir haben in diesem Teil der Welt bezeugt, dass wir ein zum Frieden berufenes Volk sind, das sich verpflichtet hat, das, was wir bei dieser Versammlung gelernt haben, mit den Menschen und Kirchen der Dominikanischen Republik zu teilen.

13. Wir laden alle Kirchen in Lateinamerika und auf der ganzen Welt ein, sich in dieser Bewegung zusammenzuschließen, um Gewalt zu überwinden und jede Möglichkeit eines gerechten Krieges abzulehnen.

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