La Oficina de Políticas y Consolidación de la Paz supervisa la AUMF y la retirada de las tropas de Afganistán

Por Angelo Olayvar

“La muerte, las heridas y el dolor de la guerra nos han tocado a todos. Se han perdido vidas iraquíes, estadounidenses y de la comunidad internacional como precio de nuestra violencia mutua”. – Resolución de la Conferencia Anual de 2004: Irak

En línea con nuestra “Resolución: Irak” de la Conferencia Anual de 2004, la “Resolución de la Iglesia de los Hermanos de 2006: El fin de la guerra en Irak” y la “Resolución sobre la guerra en Afganistán” de la Iglesia de los Hermanos de 2011, la Iglesia de los Hermanos La Oficina de Políticas y Consolidación de la Paz junto con nuestros socios ecuménicos e interreligiosos están observando y participando en los desarrollos sobre la derogación de la Autorización para el uso de la fuerza militar contra la Resolución de 2002 (AUMF, por sus siglas en inglés) contra Irak y la retirada de las tropas estadounidenses de Afganistán.

Esta resolución promulgada por los legisladores estadounidenses y el despliegue de tropas estadounidenses en Afganistán aparentemente tiene como objetivo defender la seguridad nacional de los EE. UU. contra las amenazas que representan Irak y las organizaciones terroristas en el Medio Oriente. Sin embargo, estas acciones de los Estados Unidos solo han traído muerte, destrucción, desesperación, inestabilidad y violencia en Irak y otros países del Medio Oriente. Además, ha agotado nuestros recursos que se necesitan tan desesperadamente para aliviar el sufrimiento de las personas en el hogar y en todo el mundo. Por lo tanto, es justo y correcto derogar la AUMF de Irak de 2002 porque es problemática, derrochadora, irrelevante e inmoral. Es crucial retirar y traer a casa a nuestras tropas estadounidenses de Afganistán, ya que sus vidas y espíritus se han visto afectados de maneras que aún no podemos comprender por completo.

Como se cita en las resoluciones de la Conferencia Anual, nuestra histórica iglesia de paz nos ha llamado a orar y arrepentirnos por las consecuencias catastróficas que el despliegue de tropas estadounidenses ha traído a millones de personas en todo el mundo. Las consecuencias de largo alcance de las acciones militares de los Estados Unidos han abusado de los cuerpos, las mentes y los espíritus de millones de personas en todo el mundo.

Como hermanos y hermanas en Cristo que constantemente han hablado de la pecaminosidad de la guerra, nuestra fe y conciencia nos dictan que demostremos un firme apoyo para derogar la AUMF de Irak de 2002 y la retirada de las tropas estadounidenses en Afganistán. Sin embargo, es necesario que sigamos atentos a las posibilidades de expansión de la guerra con drones para mantener el poder y la influencia de Estados Unidos en la región.

Mientras tanto, debemos continuar trabajando para crear mecanismos que creen una paz duradera en Irak, Afganistán y otros países afectados en el Medio Oriente y en todo el mundo. Es primordial que se haga un trabajo sustancial para lograr que las víctimas de estos conflictos rindan cuentas y se hayan cobrado y devastado millones de vidas.

– Angelo Olayvar es pasante en la Oficina de Políticas y Consolidación de la Paz de la Iglesia de los Hermanos.

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