EAD 2019 suscita 'buenos problemas' para curar problemas nacionales y globales

La delegación de Pensilvania en EAD 2019
La delegación de Pensilvania en EAD 2019. Foto cortesía de Alicia Bateman

Por Alicia Batman

Durante el primer fin de semana de abril, miembros de varias iglesias cristianas se reunieron en Washington, DC, para aprender y abogar por la acción política. Esta reunión nacional, llamada Días de Defensa Ecuménica (EAD), es una conferencia de tres días encabezada por líderes de muchas denominaciones cristianas y a la que asisten cristianos de todo Estados Unidos. El tema de este año fue “Agitar las aguas para la sanación del mundo”, y se animó a los participantes a provocar “buenos problemas” para iniciar un cambio positivo.

La reunión incluyó sermones, música, paneles de discusión, talleres y tiempo para conectarse con organizaciones y grupos de trabajo que abogan por el cambio social tanto a nivel nacional como mundial. Hubo un énfasis significativo en las conversaciones entre denominaciones, así como en las reuniones dentro de los grupos de la iglesia.

La conferencia tuvo dos focos políticos principales, uno nacional y otro internacional. La agenda nacional fue para el apoyo de la "Ley para el pueblo" que se centra en los derechos de voto, las finanzas de las campañas y la ética. La ley trabaja para proteger los derechos civiles y la autodeterminación de los votantes estadounidenses al eliminar las barreras a la participación de los votantes, incluido el aumento de la accesibilidad a los lugares de votación, así como el fortalecimiento y la modernización del registro de votantes. También tiene como objetivo implementar una supervisión electoral justa y justa y restaurar los derechos de voto de los ciudadanos que regresan.

El enfoque de la política internacional fue recaudar apoyo para la “Ley Global de Reducción de la Fragilidad y la Violencia”. Esta ley cuenta con apoyo bipartidista y requiere que el gobierno federal trabaje en conjunto con la sociedad civil global para desarrollar una estrategia de 10 años para reducir la violencia global. También se apoyó la Resolución del Senado 80, que establecería una Comisión de Derechos Humanos en el Senado.

El último día de la conferencia, los asistentes se trasladaron al Capitolio y se reunieron con las oficinas de sus senadores y congresistas. Estas reuniones permitieron a los participantes tener una conversación directa con las oficinas que los representan sobre temas que les preocupan profundamente. Los miembros del grupo de defensa pudieron compartir historias sobre cómo cada pieza de legislación crearía un impacto positivo para ellos, el país y el resto del mundo.

Si bien no todos en las oficinas tenían los mismos puntos de vista con respecto a la agenda política, era importante iniciar tales conversaciones y hacerles saber que estos temas son importantes y requieren acción. Así como los miembros de muchas denominaciones se reunieron para adorar, aprender y compartir durante esta conferencia, debemos fomentar una colaboración similar en nuestro gobierno para crear “buenos problemas” para la sanación de nuestro mundo.

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