Un llamado a la oración en nuestros tiempos difíciles

Línea de noticias de la Iglesia de los Hermanos
3 de febrero de 2017

Por John Jantzi

El ministro ejecutivo del distrito de Shenandoah, John Jantzi, nos invita a orar mientras nuestro país lucha con problemas relacionados con la inmigración y el reasentamiento de refugiados. El escribe:

Según el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), estamos presenciando el mayor nivel de desplazamiento de personas registrado. Según estos informes, hay 65.3 millones de personas desplazadas por la fuerza en todo el mundo. Estos desplazamientos continúan a un ritmo de 34,000 personas por día. Estos números superan el número de personas desplazadas al final de la Segunda Guerra Mundial.

Los números son asombrosos y desgarradores. Obviamente, las soluciones permanentes se basan en esfuerzos a largo plazo para resolver conflictos violentos, establecer economías justas y saludables y garantizar que las necesidades básicas de la vida estén disponibles para todos.

Sin embargo, sabemos como cristianos que a falta de la venida completa del Reino, los seres humanos siempre crearán un mundo lleno de lucha e injusticia.

Reconociendo que la condición de refugiado e inmigrante se enfrenta a presiones e incertidumbres cada vez mayores aquí y en el extranjero, pedimos a los miembros del distrito de Shenandoah que oren e intercedan con respecto a los siguientes asuntos relacionados con los refugiados:

— Orar por los niños, niñas y adolescentes afectados de manera desproporcionada por el desplazamiento. Ore para que la gracia y la protección de Dios rodeen a los inocentes de nuestro mundo. Bienaventurados los que lloran porque ellos serán consolados.

— Ore por la efusión de generosidad de los cristianos de todo el mundo. Bienaventurados los misericordiosos porque a ellos se les mostrará misericordia.

— Ore para que las naciones del mundo trabajen juntas para proporcionar políticas compasivas y justas que acepten el dolor y el sufrimiento. Bienaventurados los pacificadores porque ellos serán llamados hijos de Dios.

— Ore por nuestra continua transformación a la imagen de Jesucristo, nuestro Salvador y Señor. Bienaventurados los pobres de espíritu porque de ellos es el Reino de los Cielos.

Esta reflexión se reproduce con permiso del “Shenandoah Journal”, una publicación del distrito de Shenandoah de la Iglesia de los Hermanos.

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