Reflections | 1 de abril de 2018

No necesitamos otro héroe

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Aprecio los escritos de Vernard Eller, profesor de religión durante mucho tiempo en la Universidad de La Verne en el sur de California, principalmente porque sus puntos de vista son vanguardistas y, a veces, cortantes. Nunca lo conocí personalmente, pero deduzco de sus libros que era una persona cómoda con su propia piel, incluso si lo que decía o escribía despertaba pensamientos y emociones en los demás.

Recientemente leí Eller's Balbuceo imponente: el pueblo de Dios sin la Palabra de Dios. Tengo el presentimiento de que este libro levantó algunas cejas en 1983. Eller le dijo a la iglesia de manera bastante directa que estaba perdiendo su base en la teología. En su mente, la iglesia parecía estar moviéndose en la dirección de la antropología. En otras palabras, la iglesia se estaba volviendo más centrada en el ser humano que en Dios.

Eller escribió: “Sobre todo, en el corazón de nuestra fe, no nos atrevemos a permitir que la glorificación de lo humano invada nuestra glorificación de Dios”. Y luego propuso una teología básica mínima que consta de ocho puntos. El punto 5 subió a la superficie para mí. Dice: “La asertividad del ego humano, cualquier deseo de parecer heroico a los ojos de Dios, es pecado”.

Muchas personas han sugerido las razones de nuestro estado actual de incertidumbre acerca de la unidad denominacional: No estamos de acuerdo con la autoridad y la comprensión de las Escrituras. Los asuntos de la sexualidad humana se convierten en líneas en la arena. Conservadurismo o progresismo es el problema. Varias formas de teología nos llevan en diferentes direcciones.

¿Es una de estas la razón de nuestra desunión? ¿Es todo lo anterior y más? ¿Podría ser algo diferente?

Eller me da una pausa. ¿Podría ser su punto 5 una razón a la que no se le ha prestado atención en nuestro dilema del siglo XXI? ¿Es el heroísmo un factor en nuestra situación actual? En los esfuerzos por mantener la iglesia “pura” o por ofrecer una voz profética o por encontrar la solución a nuestros problemas, ¿queremos emerger como el héroe que de una vez por todas abre un camino en el que todos podemos estar de acuerdo?

¿Será que todavía no hemos encontrado el camino a seguir porque nuestro enfoque es demasiado antropológico (heroico) en lugar de teológico (Dios)? ¿Esperamos que las soluciones vengan de nosotros y no de la mente de Cristo?

Gracias, Vernard Eller, por los pensamientos de hace décadas que tienen relevancia para nuestra situación actual.


¿Pueden los miembros de la Iglesia de los Hermanos continuar viviendo juntos?

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kevin kessler es ejecutivo de distrito para los distritos de Illinois y Wisconsin